La raza de perro Bulldog Francés
El Bulldog Francés, reconocido por su complexión menuda y musculosa y sus características orejas en forma de murciélago, es un manojo de vitalidad y afecto. Conocidos por su aspecto entrañable, los Frenchies son compañeros enérgicos y devotos, lo que les ha convertido en la raza canina más popular de Estados Unidos.
Su tamaño compacto les hace ideales para casas y apartamentos pequeños, donde brilla su carácter tranquilo, que suele reservar los ladridos para las visitas. Sin embargo, la soledad no es su aliada, por lo que no son adecuados para propietarios con horarios de trabajo prolongados o que viajan con frecuencia.
Atributos clave del Bulldog Francés
El Bulldog Francés es un perro profundamente afectuoso y familiar, que se siente a gusto en constante compañía. Su amor se extiende a sus dueños, a los niños y, a menudo, a otras mascotas de la casa.
Estos juguetones bufones son la mascota perfecta, no exigen un ejercicio excesivo y están más que dispuestos a acurrucarse en el sofá después de un día de travesuras alegres.
Orígenes históricos del Bulldog Francés
El Bulldog Francés es un vástago del Bulldog Inglés. En el siglo XVIII, los criadores ingleses crearon un «bulldog de juguete» más pequeño, con orejas erguidas, que se desviaba del bulldog más grande y atlético de la época.
Cuando la Revolución Industrial desplazó a los trabajadores del sector textil a Francia, éstos trajeron consigo estos diminutos bulldogs, y la popularidad de la raza se disparó, lo que llevó a los franceses a adoptarlos cuando los ingleses se mostraban menos entusiastas. Con el tiempo, estos Bulldogs franceses adquirieron su aspecto contemporáneo.
En el siglo XIX, los visitantes estadounidenses se aficionaron a la raza e importaron Frenchies a Estados Unidos. El estándar de la raza en EE.UU. favorecía sus características «orejas de murciélago». Los Bulldogs franceses sufrieron reveses durante las dos guerras mundiales, pero su popularidad resurgió en la década de 1980 y acabó convirtiéndose en la raza canina más registrada en Estados Unidos.
Cuidados del Bulldog Francés
Los Bulldogs franceses necesitan menos ejercicio y aseo en comparación con muchas otras razas, pero el adiestramiento constante y la socialización temprana siguen siendo esenciales. Un Frenchie bien socializado puede convertirse en un compañero afable y alegre.
Ejercicio
Estos perros se conforman con ser perros falderos y no son compañeros ideales para correr. El ejercicio debe abordarse con cuidado debido a sus narices cortas y rechonchas y a su propensión al sobrecalentamiento. El ejercicio diario es imprescindible, pero la moderación es la clave.
Los juegos de interior o al aire libre, los paseos breves, la búsqueda o las sesiones de tira y afloja satisfacen sus necesidades de ejercicio.
Aseo
Los Bulldogs franceses tienen un pelaje suave, con una muda moderada. Un aseo rutinario básico, que incluya un cepillado semanal, es suficiente. Puede ser necesario aumentar el cepillado durante la muda estacional.
Los perros propensos a problemas de piel pueden aliviarse con baños relajantes y una limpieza periódica de las orejas. Los pliegues cutáneos característicos de esta raza requieren atención para eliminar la suciedad con un paño húmedo o una toallita para bebés, seguido de un secado minucioso. Mantenga la salud de sus patas cortándoles las uñas cada pocas semanas y cepillándoles los dientes dos o tres veces por semana para su higiene bucal.
Adiestramiento
El Bulldog Francés es inteligente y susceptible de adiestramiento, con predilección por los incentivos alimentarios. El adiestramiento en el hogar puede plantear algunos problemas, por lo que resulta beneficioso el adiestramiento en jaulas. La socialización es igualmente vital para que se sientan cómodos en distintos entornos.
El adiestramiento de obediencia inicial puede comenzar a las 8 semanas de edad, mientras que asistir a clases de adiestramiento y socialización puede ser una experiencia valiosa. Aunque el Bulldog Francés suele coexistir con otras mascotas, puede mostrar propensión a perseguir animales pequeños o mostrar agresividad hacia el mismo sexo. Algunos Frenchies también pueden sufrir celos en hogares con varios perros. Su sociabilidad con los niños puede variar, por lo que, en los casos de perros rescatados, es pertinente preguntar sobre su historial con niños y mascotas.
Consideraciones de seguridad
La estructura plana de la cara de los Bulldog Francés afecta a su seguridad, lo que justifica que se tomen precauciones, especialmente durante los viajes para evitar el sobrecalentamiento. Nunca los deje solos en un vehículo y asegúrese de que están en condiciones de viajar en avión.
La sensibilidad extrema a las inclemencias del tiempo es frecuente, por lo que es necesario que permanezcan en el interior durante los periodos calurosos y que se les proporcione sombra y un retorno rápido durante las pausas para ir al baño. Si hace frío, se recomienda abrigarlos para que estén cómodos.
Problemas de salud comunes
Los atributos físicos del Bulldog Francés lo hacen susceptible a ciertos problemas de salud hereditarios. Esté atento a estas afecciones:
- Síndrome braquicefálico: Una condición compartida por las razas de cara plana, puede restringir las vías respiratorias e impedir la respiración.
- Displasia de cadera: este trastorno de las articulaciones, aunque es más frecuente en razas grandes, puede afectar a los Bulldog Francés y requerir tratamiento veterinario.
- Problemas de piel y alergias: Los Bulldog Francés pueden estar predispuestos a problemas de piel, a menudo debido a alergias o dermatitis
- Problemas cardíacos: Debido a su limitada ingesta de oxígeno, los Frenchies pueden desarrollar tumores cardíacos, que requieren cirugía o radioterapia. La estenosis pulmonar, un defecto cardíaco congénito, también es frecuente.
- Problemas oculares: Los Bulldogs franceses son susceptibles de padecer ojo de cereza, cataratas juveniles y entropión, que suelen tratarse con atención veterinaria.
- Enfermedad del disco intervertebral: Algunos discos vertebrales del Frenchie pueden herniarse, causando dolor y, ocasionalmente, parálisis
- Luxación rotuliana: Esta afección, en la que las rótulas se salen de su sitio, puede resolverse mediante cirugía.
Los criadores responsables realizan exámenes de salud, pero prepárese para frecuentes visitas al veterinario cuando acoja a un Frenchie en su casa.
Dieta y nutrición
Es habitual alimentar a los Bulldogs franceses dos veces al día, pero el tamaño de las raciones debe adaptarse a su tamaño, nivel de actividad, edad e historial médico. Por lo general, hay que proporcionar 3/4 de taza de comida seca o casera por comida.
El control del peso es crucial, ya que la obesidad puede afectar a la esperanza de vida del perro a cualquier edad. Colabore con su veterinario para desarrollar un plan de alimentación para su Bulldog Francés basado en sus necesidades individuales.